Nota de prensa16/07/2024

Cáritas Diocesana anima a reflexionar sobre el desperdicio alimentario, también en verano y durante las vacaciones

Campaña “Compra como piensas”

Ahora en verano, cuando preparamos el traslado a nuestra segunda residencia o ya lo hemos realizado y durante nuestras vacaciones, Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón anima a reflexionar sobre la cantidad de alimentos que tiramos a la basura durante todo el año y evitar que repitamos esa situación en esta época estival.

Por ello, es un buen momento para recordar la campaña “Compra como piensas” contra el desperdicio alimentario que Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón presentaba a principios del mes de abril, que ahora se vuelve a recordar y que se relanzará en octubre, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Alimentación.

La campaña “Compra como piensas” pretende concienciar sobre los 65,5 kilos de alimentos que cada hogar español lanza, al año, a la basura.

En todo el mundo, cada día se desperdician más de 1.000 millones de platos de comida, mientras 783 millones de personas padecen hambre. ”Una dicotomía desgarradora”, como el Papa Francisco ha definido esta situación.

Ante este panorama, la campaña “Compra como piensas” contempla que una de las maneras para reducir los desperdicios pasa, también, por no donar alimentos en especie y porque cada familia pueda destinar, si así lo desea, el importe de ese ahorro a Cáritas Diocesana que lo distribuirá entre las personas a las que acompaña, en función de sus diferentes necesidades.

De esta manera, se provoca una reacción positiva en cadena que permite, por ejemplo, a las personas voluntarias de Cáritas dedicar más tiempo a la acogida y acompañamiento de las familias atendidas, creando vínculos con ellas.

También disminuye los gastos superfluos, como alquileres de almacenes de productos, aumentando los recursos para quien realmente los necesiten.

Asimismo, respeta la dignidad de las personas, permitiéndolas comprar los alimentos que decidan de forma anónima y sin ser estigmatizadas por ello.

Y, por último, favorece la autonomía, dando la posibilidad a las familias de escoger los alimentos según sus gustos, creencias religiosas, cultura o necesidades.

Evitar el despilfarro alimentario, también en verano

En esta línea, como indica el voluntario responsable de Economía Solidaria de Cáritas Diocesana, Vicente Nebot, ahora en la época estival en la que nos encontramos, cuando llenamos la nevera de nuestra segunda residencia, o cuando estamos en nuestro lugar de vacaciones, es un buen momento para comprar lo que realmente precisamos, evitar el despilfarro y contribuir a crear un sistema alimentario “más eficiente, más equitativo y más sostenible”.

Todo ello, nos conduce, además, a reflexionar sobre el derecho universal a la alimentación que tiene toda persona, algo que siempre se recuerda e impulsa desde Cáritas Diocesana.

1.000 millones de raciones de comida desperdiciadas

Según las principales conclusiones del informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “los hogares de todos los continentes desperdiciaron el equivalente a más de 1.000 millones de raciones de comida al día durante 2022, mientras que 783 millones de personas padecían hambre y un tercio de la humanidad atravesaba una situación de inseguridad alimentaria”.

Estas cifras de alimentos no aprovechados equivaldrían a proporcionar 1,3 comidas diarias a todas las personas que padecen hambre en el mundo.

En todo el mundo, en 2022 se generaron 1.050 millones de toneladas de desperdicios alimentarios, lo que representa 79 kilos por persona y aproximadamente una quinta parte de todos los alimentos disponibles para el consumo humano.

De esos alimentos desperdiciados, el 60% se desechó en los hogares, el 28% correspondió a los proveedores de servicios alimentarios y el 12% al comercio minorista.

Se calcula que el coste de este desperdicio de alimentos supone para la economía mundial unas pérdidas de 1 billón de dólares.

65,5 kilos de desperdicios en cada hogar español

En España, en el año 2022, cada hogar desperdició una media de 65,5 kilos de comida.

Los productos sin elaborar siguen siendo los más desperdiciados con una tendencia a la baja, aunque, por el contrario, los platos cocinados aumentaron con respecto al año anterior.

Unas cifras y unos datos que conducen a reflexionar detenida y especialmente, ahora en esta época estival, y que el Papa Francisco ha calificado como una “dicotomía desgarradora” entre las personas que pasan hambre, frente a la gran insensibilidad que existe con el derroche de comida.