Migrar, una constante en la humanidad y una oportunidad: comunidades acogedoras
“Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí me lo hicisteis” (Mateo 25,40)
“Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí me lo hicisteis”
(Mateo 25,40)
Migrar, una constante en la humanidad y una oportunidad: comunidades acogedoras.
Desde los albores de la humanidad, las personas siempre han estado en movimiento. Eramos nómadas, comunidades enteras se trasladaban de un lugar a otro en busca de comida.
Sin embargo, aunque vemos que los procesos de movilidad humana son antiguos y complejos, la globalización de la movilidad actual nos obliga a poner especial atención a las causas forzosas que motivan a las personas a desplazarse de unos lugares a otros para asegurar su bienestar y el de sus familias: factores de tipo económico, político, demográfico, ambiental y sociocultural.
Esta realidad nos enfrenta al enorme reto de dejar de concebir la movilidad humana como un problema o una cuestión de seguridad, reconociendo el acceso efectivo de estas personas a un marco de protección, que les pertenece como seres humanos y que les proteja efectivamente desde el país de origen a los países de tránsito y destino.
Aunque los países puedan determinar legalmente las condiciones de entrada y permanencia en sus territorios, tienen también la obligación de respetar, proteger y dar acceso real a los Derechos Humanos de todas las personas bajo su jurisdicción territorial, con independencia de su nacionalidad, origen o situación administrativa.
Y, precisamente, de esta última queremos hablar porque Cáritas en España acompañó a casi 500.000 personas en situación administrativa irregular el pasado año.
En el documento Focus, publicado por la Fundación Foessa en septiembre de 2023, se señala que una de cada tres personas acompañadas por Cáritas se encontraba en situación administrativa irregular. El número de migrantes atendidos sin permiso de trabajo o residencia aumento un 43% con respecto al año anterior.
Con el marco jurídico actual, las personas migrantes que llegan a nuestro país través de la ruta Canaria, o a través de nuestros aeropuertos, tienen que hacer frente a muchos años de situación administrativa irregular, con las consecuencias que eso tiene en sus condiciones de vida y disfrute de derechos.
Para reivindicar que las administraciones públicas competentes den una respuesta estructural al creciente número de personas en situación administrativa irregular, Cáritas está participando en dos procesos de incidencia en red, que buscan marcos normativos que faciliten el acceso a la regularidad.
Por un lado, Cáritas de la Diócesis de Segorbe-Castellón participa en una red de entidades eclesiales que ha propiciado la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), actualmente en trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados y por otro lado, participa junto a Cáritas Española con un grupo de ONG especializadas en el acompañamiento a las personas migrantes y refugiadas para intentar flexibilizar los mecanismos que recoge el Reglamento de Extranjería para regularizar a personas que conviven con nosotros.
En Cáritas pensamos que es imprescindible priorizar políticas de desarrollo justo en los países de origen, así como evitar que muchas personas sigan siendo víctimas de organizaciones delictivas que se aprovechan de la desesperación y la falta de oportunidades en los países empobrecidos.
Pero, una vez las personas ya se encuentran entre nosotros, tal y como nos indica el Papa Francisco en Fratelli Tutti, hemos de incidir social y políticamente de acuerdo con el concepto de “plena ciudadanía”, que favorece la integración y nos impulsa a reclamar leyes que permitan el acceso a la regularización, al trabajo digno, la vivienda, la sanidad, la educación, la cultura; en definitiva, todo lo que promueve para migrados y autóctonos la dignidad, la convivencia, la redistribución de la riqueza y el bien común.
Practicar la cultura de la acogida mutua tiene un valor transformador en las personas, las instituciones y las estructuras. Requiere cultivar la virtud de la paciencia tan necesaria para iniciar o acompañar los procesos, sabiendo sembrar para que otros cosechen.
Castellón, 05.08.2024