Natividad del Señor
La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros" (Jn 1, 14)
Estos días tan propensos al acomodo y la alienación pueden ser una buena oportunidad par el cambio personal a la luz del Evangelio. Sería maravilloso darse una oportunidad para vivir una Navidad alternativa, evangélica, donde la memoria de Jesús se cruce con nuestra vida personal y comunitaria. Para ello debemos buscarle oculto bajo los llamativos regalos que cuelgan o descansan a los pies del árbol: o mejor, despojar el árbol de abalorios y quedarse con su tronco abrupto y duro. El árbol de la Navidad es el árbol de la cruz. La grandeza de Jesús comienza en la pequeñez del establo y culmina en la ignominia de la cruz. entre ambos momentos hay una historia que revoluciona al mundo y que el mundo quiere acallar.
¡Feliz Navidad! Dios ha querido caminar a nuestro lado, sentimos su presencia en nuestras vidas.