Cuarto domingo de Cuaresma
Tú tienes mucho que ver
Estamos ya en el cuarto domingo de nuestro itinerario cuaresmal. En este tiempo como aquella comunidad israelita caminamos por el desierto, espacio de silencia y soledad, para ir dejando que la experiencia de fe vaya configurando cada día nuestras opciones y acciones. «A veces pedimos a Dios que cambie nuestra situación sin saber que Él nos puso en esa situación para cambiarnos».
Si la música del Evangelio deja de sonar en nuestras casa, en nuestras plazas, en los trabajos, en la política y en la económia, habremos apagado la melodía que nos desafiaba a luchar por la dignidad de todo hombre y mujer. Otros beben de otras fuentes. Para nosotros, ese manantial de dignidd humana y de fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo. Solo desde Él podremos construir un mundo para «super-vivir» y no solo para «sobre-vivir».
Déjate mirar. Hay que tener valor para mirar la cruz, las cruces, incluso las propias. Jesús nos invita a no tener miedo a la luz que ilumina toda esa realidad, y descubrir que la luz se hace, el Reino se hace real, desde la gratuidad, el don y la hospitalidd.
«El que obra la verdad se acerca a la luz»