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Concepción Inmaculada de la bienaventurada Virgen María

segundo domingo de Adviento

Lo primero que nos enseña María es que Dios no oabandona nunca a la personas: desde el comienzo de la vida está ya presente en el ser humano, y se muestra especialmente generoso en el despertar de la vida espiritual. 

María vivió siempre en Dios; nunca perteneció al mundo de los alejados. Ella es un espejo donde mirar tu naturaleza original perfecta, sin defecto, sin pecado. 

La tarea de la vida cristiana consiste en mantener vivo el bautismo recibido, despojarse del hombre viejo pecador y recobrar la belleza de Cristo, que preservó de modo admirable su Madre.