Nota de prensa15/04/2025

La Diócesis de Segorbe-Castellón celebra la Misa Crismal y los 50 años de servicio a la Iglesia del Obispo D. Casimiro

"Doy gracias a Dios cada día por su bondad que me ha obsequiado con este regalo inmerecido"

En un clima de profunda emoción y acción de gracias, la Diócesis de Segorbe-Castellón se ha congregado en la Concatedral de Santa María de Castellón para celebrar la Santa Misa Crismal, presidida por el Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente. La celebración, marcada por la solemnidad litúrgica y la unidad del presbiterio diocesano, ha tenido un carácter muy especial este año al coincidir con el 50º aniversario de su ordenación sacerdotal.

La celebración de la Eucaristía ha estado precedida por un sencillo, pero sincero acto de agradecimiento, respeto, cariño y comunión eclesial con nuestro Obispo por su entrega, servicio ministerial y celo pastoral hacia el Pueblo de Dios que pastorea, recordando estas cinco décadas de sacerdocio.

El delegado diocesano de Medios de Comunicación, D. Héctor Gozalbo, recordó el sentido profundo de la Misa Crismal y destacó el carácter especial de este año por las bodas de oro de D. Casimiro. Invitó a todos a unirse a la acción de gracias a través de un vídeo que mostró imágenes de la dedicación pastoral de D. Casimiro, así como la felicitación personal de varios obispos, algunos por su especial cercanía, y otros con quienes comparte tareas episcopales. Especialmente emotiva fue la felicitación de sus familiares más cercanos: hermanos y sobrinos, quienes desde la distancia han estado hoy muy cerca de nuestro Obispo.

 Felicitación y agradecimiento

A continuación, el Vicario General, D. Javier Aparici, en nombre del presbiterio diocesano, expresó su “más sincera felicitación y profundo agradecimiento” al Obispo por su vida entregada “con generosidad y pasión por la Iglesia”. Como gesto de cariño, anunció el obsequio de un cáliz personalizado, réplica del del Papa Calixto III, que representa “una memoria viva del día en que recibió el don del sacerdocio” y simboliza una vida “configurada con el misterio de la cruz, vivida desde el altar y para el altar como sacerdote y como obispo”.

Una felicitación a la que se suma Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón.

Misa Crismal

La Misa Crismal, que precede al Triduo Pascual, ha reunido a sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y fieles de toda la Diócesis. En ella se ha consagrado el Santo Crisma y se han bendecido los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, signos sacramentales de la gracia de Dios para el pueblo cristiano.

Misa Crismal. Semana Santa 2025

“Esta celebración – ha recalcado D. Casimiro – nos recuerda nuestra unción bautismal y, a los presbíteros, la particular unción del Espíritu Santo para ser pastores en nombre del Buen Pastor”.

Gratitud al ministerio recibido

En su homilía, cargada de testimonio personal, teología del ministerio sacerdotal y aliento pastoral, el Obispo compartió un sincero y conmovedor mensaje de gratitud “a Dios por el don grandioso de mi ordenación sacerdotal que recibí hace 50 años”, afirmó. Puso a Dios en el centro “por su bondad obsequiándome con este regalo inmerecido», y recordando a san Pablo exclamó: ‘Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me hizo capaz, se fio de mí y me confió este ministerio’ (1Tim 1,9)”.

Mons. Casimiro relató cómo, a lo largo de estos 50 años, ha experimentado la acción fiel del Señor, concediéndole “la gracia de celebrar la nueva alianza en su sangre, consagrando el ‘pan de vida’ en su nombre: ‘Tomad, esto es mi cuerpo’, y de perdonar los pecados y guiar a los fieles que Él, a través de su Iglesia, me ha encomendado”.

El Obispo no quiso olvidar a quienes le han acompañado a lo largo de su camino. “Gracias a todos los que estáis hoy aquí acompañándome en esta acción de gracias. Todos formáis parte de mi vida, me sostenéis en la Iglesia y sois causa de mi gratitud a Dios”, dijo, mencionando expresamente a vicarios episcopales, Cabildos Catedral y Concatedral, miembros de Cáritas, seminaristas, movimientos eclesiales y tantas personas implicadas en la vida diocesana.

Tuvo también palabras emocionadas para los ausentes, especialmente a sus padres y familia “a los que tanto debo» explicitó; y también «a los sacerdotes de mi parroquia, a los formadores y profesores en los seminarios de El Burgo de Osma, Salamanca y Múnich”.

 

Fuente: Obispado de Segorbe-Castellón.