Jueves Santo, día de la fraternidad
Vivir el amor fraterno es algo más que optar por una causa
El Jueves Santo es el día del amor fraterno, del amor sin límites, virtud muy superior a la solidaridad puntual y de salón. La Iglesia es para nosotros ante todo una fraternidad que vive del y para el amor de Dios. El objetivo último de la Cáritas cristiana no es tanto ayudar a los pobres cuanto que NO haya pobres; o lo que es lo mismo, ser todos pobres en el sentido más evangélico del término. Jesús no sólo dio pan, se dio él mismo como pan. La auténtica revolución cristiana comienza con las armas de una toalla ceñida y una jofaina para lavar los pies cansados y doloridos. No llega por el camino del poder y la fuerza, ni siquiera por la sabiduría y la riqueza, tampoco por el honor del mundo. Llegó arrodillada, acariciando los pies heridos, lavando manchas del dolor y agotamiento, y secando con la ternura de un amor sin límites. Que la celebración del Sacramento del amor nos haga ser una comunidad que toma en serio la opresión y la injusticia que crucifica a las personas. Que la Eucaristía vaya siempre acompañada de una lucha por renovar y humanizar esta sociedad injusta.