VII Jornada Mundial de los Pobres
Eucaristía presidida por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, monseñor Casimiro López Llorente
La Diócesis ha celebrado este domingo la VII Jornada Mundial de los Pobres con una Eucaristía que ha tenido lugar en la Basílica de Ntra. Sra. del Lledó, Castellón, presidida por nuestro Obispo D. Casimiro. Ha sido en el templo dedicado a la Patrona de la ciudad con motivo de la celebración del Año Jubilar Mariano por el centenario de su coronación.
Ha concelebrado el Prior de la Basílica, D. Joaquín Guillamón; el Prior de la Real Cofradía de la Mare de Déu del Lledó, D. Miguel Abril; y el Secretario Particular, D. Ángel Cumbicos. Ha asistido D. Guillem Farré, diácono permanente.
Y entre los asistentes se encontraban miembros de las diferentes entidades caritativas y sociales de la Diócesis, como Cáritas y Manos Unidas. También la alcaldesa de la ciudad y clavariesa de las fiestas del centenario, Dña. Begoña Carrasco; el concejal y Perot, D. Vicent Sales; acompañados por varios miembros de la corporación municipal; el Presidente de la junta de gobierno de la Cofradía, D. Jesús Lumbreras; y la presidenta de la junta de Camareras, Dña. Lledó Querol.
Este año, la Jornada Mundial de los Pobres ha tenido como lema “No apartes tu rostro del pobre” (Tb. 4,7). Lema propuesto por el Papa Francisco.
Con motivo de la celebración, la Conferencia Episcopal Española y Cáritas han sumado de nuevo sus esfuerzos para movilizar a las comunidades cristianas y a toda la sociedad en los objetivos de esta cita anual convocada por el Santo Padre.
«Signo de amor y de la misericordia de Dios ante el pobre y el necesitado»
Al hilo de la Palabra proclamada en este XXXIII domingo del Tiempo Ordinario, D. Casimiro ha exhortado a poner al servicio de los demás cuanto hemos recibido, en especial en esta Jornada, de aquellos que están más necesitados de nosotros. La finalidad de la Jornada “es que cada comunidad cristiana, cada cristiano, tomemos conciencia de que a través de nuestra vida, de nuestros hechos, hemos de ser signo del amor y de la misericordia de Dios ante el pobre y el necesitado”.
“Los pobres no son una categoría abstracta, un colectivo anónimo, – ha explicado el Obispo – los pobres tienen un rostro concreto, son personas, hombres, mujeres, ancianos, niños, niñas que sufren el dolor de la pobreza material, el dolor de la soledad, el dolor de no tener una vivienda digna, el dolor de no ver respetada su dignidad personal y tantas y tantas otras realidades que podemos ver en nuestro mundo”.
No podemos ser indiferentes
Ante esta realidad no podemos ser indiferentes, ha continuado, “porque los pobres los tenemos entre nosotros, a nuestro lado, a la puerta de nuestra casa, y no podemos pasar como si no existieran”. Es por ello que, tanto la Jornada como la Palabra de Dios, “nos llama a tener esa cercanía a los pobres, ese amor donde ellos sientan el amor de Dios que proclamamos y que nos ofrece Cristo Jesús”.
Pero también ellos nos evangelizan a nosotros, ha señalado el Obispo, “porque nos hacen recapacitar que de los pobres en el espíritu es el Reino de los Cielos, y lo que realmente cuenta al final de los tiempos no es lo que tenemos, sino cómo hemos vivido los dones que de Dios hemos recibido poniéndolos a servir de los demás”. Ellos nos muestran, por tanto, “el rostro de Cristo Jesús, un Cristo doliente y sufriente”.
Fuente: Obispado de Segorbe-Castellón.