“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes” (Kahlil Gibran)
Hoy celebramos la Nochevieja, una noche en que echamos la vista atrás y miramos qué nos ha aportado este año que acaba. Y en esta ocasión seguro que vienen a nuestra mente palabras como coronavirus, pandemia, Covid-19, contagio, confinamiento, ERTE, nueva normalidad, sufrimiento… Todas negativas, porque este 2020 lo ha marcado la pandemia del coronavirus con todas sus lamentables consecuencias. Pero, aún así, hemos de agradecer a Dios lo que nos ha dado en el año que termina, que también tiene su lado positivo: la solidaridad, el trabajo de sanitarios, docentes, personal de limpieza, de supermercados, fuerzas de seguridad y, en nuestro caso, personal laboral y voluntarios que han mitigado el sufrimiento causado por la Covid-19.
También ha sido positivo: el descenso de la contaminación y la limpieza de ríos y canales, el progreso del teletrabajo, la educación a distancia, más calidad de la relación con la familia, la reflexión profunda para afrontar el futuro y la solidaridad (el sufrimiento de otros nos importa), valoración de la sanidad pública y el trabajo de personal de limpieza, alimentación y seguridad, el cuidado por nuestro cuerpo y alimentación, ser conscientes de que la limpieza y el aseo redundan en nuestra salud, consciencia de que todos somos uno y tenemos un solo planeta que hay que cuidar, o el autoconocimiento, ya que hemos estado más tiempo con nosotros mismos.
En esta última noche del año desde Cáritas nos acordamos de las personas que ya no están con nosotros y de las que lo están pasando mal y afrontamos el 2021 con la esperanza en las vacunas contra el coronavirus, pero, sobre todo, con la esperanza puesta en Dios, la única y verdadera esperanza.
A pesar de todo, y movidos por esta esperanza, que no defrauda nunca, ¡¡Feliz y tranquila Nochevieja a todos!!
